Por qué mi Border persigue coches

Y quien dice coches dice también ciclistas, corredores, patinetes…..El problema de perseguir cualquier cosa que se mueva es frecuente en la raza ¿Por qué?

Todo suele venir de un instinto mal canalizado y de un vínculo con el perro mal construido.

El instinto mal canalizado

Hemos hablado en esta página de lo afinada que está la selección de esta raza y de cómo se ha tratado de hipertrofiar el acecho como herramienta idónea para controlar y manejar a las ovejas.

Pero en una secuencia de caza la línea que separa el acecho de la persecución es realmente fina. Casi puedo sentir la frustración de estos Border de ciudad rodeados de movimientos incontrolables por más que lo hayan intentado hacer a través de sus acechos. Nada parece funcionar….»les digo a los ciclistas que se paren y ni caso» pensará el perro. Lo siguiente que queda es perseguir.

Y una vez que empiezan las persecuciones ya la bola de nieve va creciendo con cada experiencia. Cada persecución es un subidón para el perro y un refuerzo positivo a través de las endorfinas. Solo queda prepararse para el siguiente. La obsesión de la raza hace el resto.

Los vínculos mal establecidos

Pero por mucha atracción que sientan estos perros por las cosas en movimiento. Por muchas ganas que tengan de perseguir….ante todo son perros obedientes, colaborativos y deseosos de agradar. ¿No habíamos quedado en eso?

Pues entonces ¿por qué diablos mi Border no me hace caso cuando pasa un coche?. Pues porque no tenéis un buen vínculo. No sois amigos. No te respeta. No te escucha. No te entiende. No sabe lo que te gusta. No hacéis equipo. No estáis en la misma sintonía……..No, no, no.

Mis perros manejan muy bien las ovejas. Las personas que lo ven suelen quedarse asombradas con su tacto, su rapidez y precisión al ejecutar las órdenes, su obediencia, su entrega, su control….etc. Pero cuando terminamos la «exhibición» y les llamo lo que más asombra a la gente es que vengan a la llamada y que se suban a su jaula del coche sin la mínima reticencia.

Las órdenes a derecha e izquierda para manejar ovejas, las paradas o la orden de empujar. Eso es adiestramiento. La gente lo ve, lo admira….pero no lo relacionan con lo que hace su perro puesto que ellos no tienen ovejas. En cambio la llamada…..eso si es comparable con lo que hace su perro. Y se asombran de que mis perros acudan a la llamada y los suyos no lo hagan (al menos a la primera).

Para mi la llamada no tiene ningún mérito especial. No es un adiestramiento que yo he realizado con el perro. No es como la orden de gira a la derecha o párate delante de las ovejas. Es otra cosa. Forma parte de nuestra relación. Es lo natural. Es lo que hacemos. Salimos de paseo cada día, les doy de comer, pasamos ratos juntos mientras yo corto leña……y vienen cuando les llamo igual que suben al coche cuando nos vamos o comen cuando les pongo la comida. Forma parte de la relación. La llamada se construye y se basa en la confianza del perro en su guía.

De igual manera, forma parte de la relación lo que se puede y no se puede hacer…….yo no persigo coches en el paseo y el perro tampoco, yo no voy a dar gritos a los caballos ni el perro tampoco, yo no saludo a la gente saltándola encima y el perro tampoco. Llámanos locos, pero así es nuestra relación. Así es mi familia canina.

«Vale…..pero retrocede un poco en el tiempo. Algo harías la primera vez que os cruzasteis con ciclistas. O tus Border no miran a los ciclistas…..» Pues a ver, la educación (el vínculo) se construye en cada minuto que pasamos con nuestro perro. Debemos tener claro, en primer lugar, como nos comunicamos (verbalmente) y qué comunicamos (gestualmente y emocionalmente). De manera básica diría que tenemos que tener claro como comunicar al perro que algo de lo que hace no nos agrada o que algo de lo que hace si nos agrada. ¿Técnica?….ser natural. Los perros llevan miles de años aprendiendo a interpretarnos y te aseguro que lo hacen muy bien. Y no pasa nada si nosotros hacemos el esfuerzo por interpretarles un poco a ellos también.

Cada vez es más difícil ver relaciones sanas entre un Border y su dueño. Suelo ver perros desquiciados que no saben a que atenerse. Perdidos, que no entienden cómo agradar a su dueño ni que es lo que este quiere. Tomando decisiones totalmente desafortunadas ante la tesitura de intentar hacer algo para controlar un ambiente que no comprenden.

Bueno, no me quiero alargar. El vínculo mal construido implica que el dueño no sea capaz de ser referencia para el perro (los perros de familia necesitan referencias, adultos reguladores, guías, seguridad…..y no lo encuentran en dueños indolentes que no comprenden nada sobre los impulsos y comportamientos que observan en sus perros por más que se desvivan por ellos en cuidarlos con mil mimos, mullidas camas gigantes o abrigos mejores que el mio).

Seguiré escribiendo más post sobre este asunto de las persecuciones. De momento, un consejito fácil: no le tires pelotas (ni palos, ni nada…) a tu perro, pues activas y refuerzas el mismo motor que luego utiliza en las persecuciones de coches.

Un abrazo

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